Entre los grandes hitos de la historia del fútbol moderno, pocos pueden igualar el logro alcanzado por el Real Madrid entre 2016 y 2018: conquistar tres Champions League consecutivas. Esta gesta, liderada por figuras como Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Luka Modrić y Zinedine Zidane desde el banquillo, marcó una era de dominio europeo sin precedentes. Aquellos años gloriosos no solo llenaron las vitrinas del Bernabéu, sino que grabaron momentos imborrables en la memoria de los aficionados, muchos de los cuales siguen recordándolos mientras lucen con orgullo su chándal del real madrid, símbolo de fidelidad y triunfo.
La primera de las tres llegó en 2016, en Milán, en una dramática final contra el Atlético de Madrid. Tras el empate en tiempo reglamentario y prórroga, los penaltis decidieron el título. Cristiano, como era habitual, marcó el penalti definitivo y los blancos celebraron la Undécima. Fue el inicio de un ciclo dorado.
En 2017, el Real Madrid alcanzó un nivel futbolístico superlativo. Con un equipo más consolidado, Zidane logró una mezcla perfecta entre los veteranos y jóvenes como Asensio y Lucas Vázquez. La final ante la Juventus en Cardiff fue una exhibición total: un 4-1 contundente con doblete de Cristiano y dominio absoluto del juego. La Duodécima no solo reafirmó su hegemonía, sino que rompió la maldición de no poder revalidar el título en la era moderna.
El clímax llegó en 2018, en Kiev. Frente al Liverpool, el Madrid supo aprovechar su experiencia para ganar su tercera Champions consecutiva y la decimotercera de su historia. El gol de chilena de Gareth Bale es considerado uno de los mejores en una final, y el partido quedó marcado también por las paradas milagrosas de Keylor Navas y los errores del portero rival, Karius.
Este tricampeonato no solo consolidó a Zidane como uno de los entrenadores más exitosos del club, sino que elevó a jugadores como Modrić, Marcelo y Benzema al olimpo del madridismo. Fue un ciclo de excelencia, disciplina y determinación, donde la camiseta blanca pesó más que nunca.
Hoy, a pesar de los cambios en la plantilla y el paso de los años, esos momentos siguen vivos en el corazón de los aficionados. Las noches europeas en el Bernabéu siguen siendo especiales, pero aquellas tres consecutivas dejaron una huella difícil de igualar. Muchos jóvenes madridistas crecieron con esas victorias, soñando con vivir algo similar.
Y como símbolo de ese legado imborrable, miles de seguidores siguen rindiendo homenaje a aquella era dorada luciendo camisetas futbol vigo, llevando en el pecho no solo un escudo, sino el recuerdo de una de las mayores gestas en la historia del deporte rey.